En México, como República democrática, el poder político no puede tener otro origen ni otra base que la voluntad nacional, y ésta no puede ser supeditada a fórmulas llevadas a cabo de un modo fraudulento.
Por este motivo el pueblo mexicano ha protestado contra la ilegalidad de las últimas elecciones; y queriendo emplear sucesivamente todos los recursos que ofrecen las leyes de la República Mexicana así como las leyes internacionales, en la debida forma, demandamos la nulidad de las elecciones, ya que aseguramos que el proceso electoral estuvo plagado de irregularidades y declaramos la anulación de cualquier nombramiento. Sabemos de antemano que no podemos creer lo que el Instituto Federal Electoral (IFE), ni los medios de comunicación, ni las fraudulentas encuestas dicen.
Los Mexicanos utilizaremos todos los medio posibles para arrojar a ese hombre funesto el señor Enrique Peña Nieto del poder y salvar a nuestro país del porvenir sombrío que le espera con el regreso del PRI al poder y bajo el gobierno de la nefanda oligarquía.
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